...La vida está llena de personas interesantes, y mi trabajo me permite conocer a muchas de ellas, ya que mi trabajo surge cuando hay algun problema legal, y veo a la gente cómo reacciona en situaciones de todo tipo, pero casi siempre límite. Y... ¡guau! como cambian las apariencias... de tigre a gato, y de boquerón a tiburón... hay de todo. Me gusta hacer un seguimiento y ver cómo gestiona la gente un problema vital grave... por eso creo que soy tan aficionada al derecho de familia... Y cuando veo a una persona que lo hace bien, me reconcilio con el género humano y me voy a dormir tan feliz... y cuando me encuentro a una hiena humana intento anotar lo que no-no-no quiero ser en esta vida, y disfruto si esa persona acaba encontrando un pago con la misma moneda.
Un caso: un divorcio. Ella es la hiena; una auténtica hiena, lo aseguro. El es un bendito... tendrá sus cosas, como todo, pero buena persona que se cae. Se trata de personas de clase humilde, pero han conseguido tener una vivienda en propiedad, y la hipoteca ya está pagada. Ella siempre se dedicó a las tareas de su casa, pero de un tiempo a esta parte (unos tres años), ha perdido la cabeza: tiene a los hijos criados como quien dice (el pequeño tiene 16 años) y se ha quedado "prendada" del hermano de su propio esposo... Puf, un drama familiar en toda regla. El reaccionó con tranquilidad y propuso un divorcio de mutuo acuerdo. La respuesta de ella fue entrar y salir de la casa como si fuera una quinceañera sin hora de recogida, y dedicarse a machacar literalmente al marido con frases del tipo "mucho me vas a tener que pagar para que me divorcie" y "yo te veré en la calle pidiendo"... perlitas así, de buen rollito, vamos. En sintonía con este espíritu "rejuvenecido" que la ha invadido, ella no quería la casa, quería la pasta por su
mitad de la casa. Y por supuesto, queria que todos los gastos los pagara él, y que a ella le saliera "por la patilla", de gratis total, vamos.
Pues hoy, la hiena se ha encontrado con... ¿el buitre?... Si, así es. Con su propia abogada, del turno de oficio, de la que presumía porque la tenia a su disposición sin pagar un duro... " a ver qué te vas a creer, que yo te voy a ver en la calle y sin pagar un duro... mucho me vas a tener que dar... etc, etc". Pues su abogada, aplicando un estricto criterio profesional, hoy le ha comunicado que va a tener que cobrarle unos 1.200 €... claro, porque su designación del turno de oficio abarca el procedimiento de divorcio, pero no la disolución de la sociedad de gananciales que-no-es-lo-mis-mo, ni mucho menos... por lo tanto, si la disolución de los gananciales no la paga el turno de oficio ¿quien la paga?... claro, que eso se lo ha dicho una vez que estaba firmada la escritura de disolución y la ha visto con el talón bancario entregado por el marido... con lo contenta que estaba porque le iba a salir todo gratis... Ahora, es el turno de los buitres. Dicho sea con el debido respeto, porque esta compañera ha hecho su trabajo, además lo hizo muy bien, y tiene derecho a cobrar por ello.
¿casualidad?... no lo sé, pero me gustaria pensar que es el destino y que, al final, cada hiena se encuentra a su buitre particular, y la carroña del carroñero es alimento de otros carroñeros.
Un caso: un divorcio. Ella es la hiena; una auténtica hiena, lo aseguro. El es un bendito... tendrá sus cosas, como todo, pero buena persona que se cae. Se trata de personas de clase humilde, pero han conseguido tener una vivienda en propiedad, y la hipoteca ya está pagada. Ella siempre se dedicó a las tareas de su casa, pero de un tiempo a esta parte (unos tres años), ha perdido la cabeza: tiene a los hijos criados como quien dice (el pequeño tiene 16 años) y se ha quedado "prendada" del hermano de su propio esposo... Puf, un drama familiar en toda regla. El reaccionó con tranquilidad y propuso un divorcio de mutuo acuerdo. La respuesta de ella fue entrar y salir de la casa como si fuera una quinceañera sin hora de recogida, y dedicarse a machacar literalmente al marido con frases del tipo "mucho me vas a tener que pagar para que me divorcie" y "yo te veré en la calle pidiendo"... perlitas así, de buen rollito, vamos. En sintonía con este espíritu "rejuvenecido" que la ha invadido, ella no quería la casa, quería la pasta por su
mitad de la casa. Y por supuesto, queria que todos los gastos los pagara él, y que a ella le saliera "por la patilla", de gratis total, vamos.
Pues hoy, la hiena se ha encontrado con... ¿el buitre?... Si, así es. Con su propia abogada, del turno de oficio, de la que presumía porque la tenia a su disposición sin pagar un duro... " a ver qué te vas a creer, que yo te voy a ver en la calle y sin pagar un duro... mucho me vas a tener que dar... etc, etc". Pues su abogada, aplicando un estricto criterio profesional, hoy le ha comunicado que va a tener que cobrarle unos 1.200 €... claro, porque su designación del turno de oficio abarca el procedimiento de divorcio, pero no la disolución de la sociedad de gananciales que-no-es-lo-mis-mo, ni mucho menos... por lo tanto, si la disolución de los gananciales no la paga el turno de oficio ¿quien la paga?... claro, que eso se lo ha dicho una vez que estaba firmada la escritura de disolución y la ha visto con el talón bancario entregado por el marido... con lo contenta que estaba porque le iba a salir todo gratis... Ahora, es el turno de los buitres. Dicho sea con el debido respeto, porque esta compañera ha hecho su trabajo, además lo hizo muy bien, y tiene derecho a cobrar por ello.
¿casualidad?... no lo sé, pero me gustaria pensar que es el destino y que, al final, cada hiena se encuentra a su buitre particular, y la carroña del carroñero es alimento de otros carroñeros.