Ayer me enteré de que el año pasado, en el verano, murió mi preparador, JAR... Es una de las peronas que constituyeron en algún momento de mi vida un punto de apoyo, concretamente desde finales de 1989 a enero de 1993.
Una persona especial, muy trabajador, con capacidad para encajar los contratiempos que la vida le impuso y, sobre todo, muy cariñoso y amable. Con frecuencia me descubro citando frases suyas, especialmente estas:
- "día no trabajado, día no recuperado" : no se debe ociar un día pensando que al día siguiente vas a poder recuperar tiempo... es un autoengaño, nunca es así.
- "lo malo de saludar a la gente con un "qué tal" es que algunos van y te lo cuentan"
- "para cada uno, su problema es el más importante, y así hay que verlo desde fuera si quieres comprender a la gente".
Es triste que ya no esté, pero me alegro de que se cruzara en mi vida en su día y haber podido conocerlo, porque aprendí muchas cosas con él sobre mí misma. Hasta siempre JAR.
Entro en este post para añadir que las virtudes más visibles de JAR eran la paciencia, la perseverancia y la discreción. Hablaré de él con toda seguridad más adelante; baste aquí decir que yo admiro a muchas personas de las que he conocido, y que la mayoría mujeres. JAR es uno de los pocos hombres que encabeza la lista de personas admirables, que son muchas.
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2 comentarios:
es duro perder a un ser querido, uno se da cuenta de la fragilidad de la vida
un abrazo maribel y animo
Gracias Viento; siendo la muerte algo inevitable, prefiero verlo desde el lado positivo: es triste que ya no esté, pero me alegro de que se cruzara en mi vida. Espero que alguien diga lo mismo de mí en su día. Un abrazo y gracias.
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