viernes, 14 de agosto de 2009

Charlas con mi hijo (III)

Pues sí, ya llegó el cuarenta de julio y regresó mi hijo. Como ocurre cada verano, vuelve más alto, más grande y mayor.

Ayer por la mañana íbamos camino de casa de mi madre, porque aún tenía yo que terminar un par de cosas en la oficina. Se iba a quedar a comer allí y me preguntó si tenia que hacer tareas... le tiene terror a trabajar en casa de mi madre, porque ésta le regaña mucho... Este fue el diálogo:

- Mi hijo: Mamá... ¿y voy a tener que hacer tareas en casa de la abuela?
- Yo: No, hijo... ya las has hecho en casa. Y además muy rápido y muy bien...
- Mi hijo: Mamá... ¿y voy a tener que dormir la siesta?
- Yo: No, hijo... en casa de la abuela sólo se duerme la siesta si tú quieres. Si no quieres dormir, no lo hagas, pero deja a la abuela que ella sí duerme porque a ella sí le gusta... ¿sabes lo que pasa con la siesta, hijo? que cuando somos pequeños nos gusta dormirla, y cuando somos mayores también.... pero mientras, a los niños de tu edad no les suele gustar... Ya querrás dormirla cuando seas mayor.
- Mi hijo: Vale, cuando sea mayor dormiré la siesta, pero ahora no. Y cuando sea mayor, también veré películas por la noche, y me acostaré tarde... y mandaré a mis "chiquillos" a la cama... y me tendrán que obedecer, porque si no... les castigaré (sonrisa malvada)
- Yo: Uhm.... ¿les castigarás?... Bueno, los hijos tienen que obedecer a los padres, pero los padres no sólo tienen que mandar, también tienen que trabajar mucho para los hijos: hacerles la comida, lavarles la ropa, ir a comprar... Eso también lo tendrás que hacer.
- Mi hijo: No, eso no. Eso lo hacen las mujeres. Eso lo hará mi "esposa".
- Yo: ¿Tu esposa? ¿cosas de mujeres?... ¿que pasa, que los hombres no cuidan de sus hijos?
- Mi hijo: Si, pero yo estaré ocupado terminando algo en el ordenador.
- Yo: ¿Es que las mujeres no trabajan con el ordenador?
- Mi hijo: Si, pero solo para ver algún correo o así.

Yo le dije, claro, que no estaba de acuerdo y que creía que se estaba equivocando, pero soy consciente de que lo que una madre te dice... por un oido te entra y por el otro te sale. Así que al llegar al portal, le preguntamos al señor cartero qué opinaba él... un señor que no nos conoce, que es hombre y que tiene un trabajo "importante"...

El señor cartero le dijo... "Uy chaval, vas muy mal encaminado... como no te espabiles... mirame a mí (y se señala la barriga, importante, que lucía a sus treinta y tantos...) si no llega a ser porque sé cocinar ¿de qué iba a tener yo esto?"

Mi hijo, satisfecho, le contó que él sabe hacer huevos fritos, y arroz con tomate, y salchichas...

Subimos la escalera de la casa de mi madre mientras me decía... "bueno, yo también enseñaré a mis hijos a hacer huevos fritos" y yo pensaba... "si sólo fuera eso lo que le tendrás que enseñar a tu hijo..."

Saludos a todos y feliz verano.

A seguir viviendo.