sábado, 27 de diciembre de 2008

El jamón de la paciencia

Superada la crisis navideña con el apoyo de una persona muy especial que se desplazó expresamente para darme un abrazo, miro a mi alrededor en mi salón aún lleno de bultos que tengo que colocar en mi casa, y re-descubro "mi jamón"... Sí, sí... mi jamón ibérico que llegó a mi casa un sábado por la mañana, de la mano de unos repartidores de El Corte I, con gran sorpresa para mí, alborozo de mi hijo y sin tarjeta del remitente... Después de darle vueltas, acerté al pensar que había sido mi amiga, y sin embargo cliente, P. que se acuerda de mí cuando las cosas le van bien porque cree que yo hice una diferencia en su vida, aunque yo le insisto en que yo sólo estaba allí el día en que ella tomó una decisión importante.

Desde entonces, hace ya dos semanas, el jamón es uno de los bultos de mi salón, esperando turno para ser resuelto: no tengo espacio para un jamonero, así que cortar jamón en mi cocina sería un verdadero problema... por otra parte, entre mi hijo y yo, por mucho que nos guste, no seríamos capaz de dar cuenta del mismo a la velocidad necesaria como para evitar que se estropee. Y a casa de mi madre no lo puedo llevar, porque ya llevé allí el de la cesta de Navidad de la oficina, que también era un jamón ibérico...

Si, si... ya sé que no me puedo quejar, esta Navidad me han regalado ¡¡¡dos jamones!!!... y los dos ibéricos (yum, yum)... Pero mientras que el de casa de mi madre ya ha sido catado convenientemente y a satisfacción, el jamón de mi casa espera pacientemente y acusando silencioso con su presencia en mi salón: haz algo, estoy aqui, me voy a caducar...

Así que esta mañana he comenzado el "operativo jamón"... Me dijeron que siendo de El Corte Inglés, no tendría problema en llevarlo a cualquier centro y allí me lo cortarían y envasarían al vacío... Ni modo. Esa empresa es más complicada que un ministerio, y he estado dos horas al habla con operadoras de atención al cliente, responsables de supermercado y jefes charcuteros: si es del super de El Corte, no lo puede llevar al súper del Hipercor; mire usted, si lo hubiera comprado aquí podriamos hacerlo; debe usted llevarlo al centro donde se compró (¿me tengo que ir a Murcia?... ); puede usted poner una reclamación, le pasamos con el departamento de reclamaciones...

Que no, que no... que no quiero reclamar, que lo que quiero es lonchear el jamón y envasarlo al vacío... Teniendo el jamón a la vista, he terminado hablando con él y todo: nada hijo, que nadie te quiere... no te preocupes, encontraremos una solución. Y le he contado mi vida y milagros a media empresa... que si vivo sola con mi hijo pequeño, que si mi cocina es pequeña para un jamonero, que si esto me lo ha regalado una cliente de Murcia...

Al final, he dado con un responsable de un... Hipercor (¿no decían que si era del super de El Corte no podia llevarlo a un Hipercor?)... El hombre se ha compadecido de mí ¡y me ha dicho que me lo va a arreglar!... Y que no me va a cobrar nada porque ese servicio no lo tienen "tarificado" aunque son dos horas de trabajo... Lo consideraré una buena obra de Navidad y un regalo... y una inversión en marketing, porque desde luego, ese hombre se ha ganado una cliente al echarme este cable con mi "paciente jamón"...

Ya os contaré cómo está el jamón... os invito a un "platito virtual" (jejeje).

miércoles, 24 de diciembre de 2008

Feliz Navidad 2008

Ya sé que hace mucho que no escribo una entrada, supongo que también a mi me ataca la pereza blogera de vez en cuando y me dejo llevar por ella... Pero lo cierto es que estoy intentando recopilar contenidos que puedan ser de utilidad a un nuevo blog que un grupo de amigas estamos creando, de contenidos netamente femeninos y, más concretamente, que puedan interesar a mujeres que tienen a su cargo lo que hoy se llama una "familia monoparental"... quizá por no utilizar esa expresión mucho más triste de "familia rota". Aún no tiene contenidos, realmente, pero estamos trabajando en ellos, y tiene como objetivo intentar servir de apoyo o de vertedero (vete tú a saber qué, exactamente) tanto para los problemas cotidianos como para los existenciales que abordan, o mejor dicho, desbordan a mujeres en mi situación. Se llama, o se llamará si conseguimos darle contenido, Cromosoma X. Admitimos y agradecemos cualquier tipo de colaboración o punto de vista, venga de donde venga, que verse sobre el tema indicado.

Hoy, por ejemplo, para mi está siendo un día muy triste. Intento no recrearme en ello y ser positiva, pero cuando consigo levantar la mirada y sonreir, de nuevo aparece mi pensamiento negativo y da un capón. Va a ser un día muy largo... ya lo está siendo, de hecho.

Aún estoy en la oficina, hoy no tengo perrito que me ladre... Ahora me iré a casa, seguiré trabajando un poco, me ducharé y me arreglaré, y me iré a casa de mis padres a celebrar la Noche Buena. Al llegar, seguro que sonreiré y me reiré... cortaré jamón y prepararé las bandejas de turrón (es mi papel tradicional en Noche Buena). Cenaremos lo que mi madre siempre prepara para este dia desde hace... ni recuerdo el tiempo: calamares rellenos y pavo relleno. Beberemos buen vino y cava (¿o será champán este año?)... Contaremos los mismos chistes y anécdotas de siempre. Mi hermana pondrá música y bailaremos.

Sonarán los teléfonos con las llamadas de la familia lejana... el hermano de mi padre, los primos de mi madre... "Feliz Navidad, fulanita"... "Un beso para todos, menganita"... "¿Y cómo está perenganito?"... "Mejor, va mejor, gracias a Dios..."...

Y todo estará bien. Como siempre. No tengo de qué quejarme, tengo una buena familia, cariñosa y solidaria, siempre al pie del cañón... Solo que me gustaría que también estuviera mi hijo... y sé que no tengo derecho a quejarme, que él estará feliz con su padre el dia de Noche Buena... Lo sé, no tengo de qué quejarme, pero le echo tanto de menos que hoy no puedo parar de llorar. Lo siento, hoy no tengo a nadie a quien decírselo y me siento muy mal.