Pues sí, ya llegó el cuarenta de julio y regresó mi hijo. Como ocurre cada verano, vuelve más alto, más grande y mayor.
Ayer por la mañana íbamos camino de casa de mi madre, porque aún tenía yo que terminar un par de cosas en la oficina. Se iba a quedar a comer allí y me preguntó si tenia que hacer tareas... le tiene terror a trabajar en casa de mi madre, porque ésta le regaña mucho... Este fue el diálogo:
- Mi hijo: Mamá... ¿y voy a tener que hacer tareas en casa de la abuela?
- Yo: No, hijo... ya las has hecho en casa. Y además muy rápido y muy bien...
- Mi hijo: Mamá... ¿y voy a tener que dormir la siesta?
- Yo: No, hijo... en casa de la abuela sólo se duerme la siesta si tú quieres. Si no quieres dormir, no lo hagas, pero deja a la abuela que ella sí duerme porque a ella sí le gusta... ¿sabes lo que pasa con la siesta, hijo? que cuando somos pequeños nos gusta dormirla, y cuando somos mayores también.... pero mientras, a los niños de tu edad no les suele gustar... Ya querrás dormirla cuando seas mayor.
- Mi hijo: Vale, cuando sea mayor dormiré la siesta, pero ahora no. Y cuando sea mayor, también veré películas por la noche, y me acostaré tarde... y mandaré a mis "chiquillos" a la cama... y me tendrán que obedecer, porque si no... les castigaré (sonrisa malvada)
- Yo: Uhm.... ¿les castigarás?... Bueno, los hijos tienen que obedecer a los padres, pero los padres no sólo tienen que mandar, también tienen que trabajar mucho para los hijos: hacerles la comida, lavarles la ropa, ir a comprar... Eso también lo tendrás que hacer.
- Mi hijo: No, eso no. Eso lo hacen las mujeres. Eso lo hará mi "esposa".
- Yo: ¿Tu esposa? ¿cosas de mujeres?... ¿que pasa, que los hombres no cuidan de sus hijos?
- Mi hijo: Si, pero yo estaré ocupado terminando algo en el ordenador.
- Yo: ¿Es que las mujeres no trabajan con el ordenador?
- Mi hijo: Si, pero solo para ver algún correo o así.
Yo le dije, claro, que no estaba de acuerdo y que creía que se estaba equivocando, pero soy consciente de que lo que una madre te dice... por un oido te entra y por el otro te sale. Así que al llegar al portal, le preguntamos al señor cartero qué opinaba él... un señor que no nos conoce, que es hombre y que tiene un trabajo "importante"...
El señor cartero le dijo... "Uy chaval, vas muy mal encaminado... como no te espabiles... mirame a mí (y se señala la barriga, importante, que lucía a sus treinta y tantos...) si no llega a ser porque sé cocinar ¿de qué iba a tener yo esto?"
Mi hijo, satisfecho, le contó que él sabe hacer huevos fritos, y arroz con tomate, y salchichas...
Subimos la escalera de la casa de mi madre mientras me decía... "bueno, yo también enseñaré a mis hijos a hacer huevos fritos" y yo pensaba... "si sólo fuera eso lo que le tendrás que enseñar a tu hijo..."
Saludos a todos y feliz verano.
A seguir viviendo.
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3 comentarios:
Me he reído con el comentario de tu hijo del huevo frito, jajajaj, desde luego, si con eso bastara ;) ...
En fin, desde luego los roles que históricamente se han asignado a hombres y a mujeres desde luego siguen vivos y coleando, como demuestra loque cuentas. Lo que a mí me llama la atención es pensar de dónde surgirán, porque desde luego tú no se lo has enseñado y su padre tampoco. En la tele todo parece ser muy progresista en las series y pelis (hasta el punto de ser artificial), y en general muestran un mundo de igualdad sexual. Entonces, de dónde salen esos mensajes que ha pillado tu hijo y que sin duda no es el único en recibir?
En fin, en todo caso la vida misma le hará descubrir que detrás del huevo frito vienen un monton de cosas de todo tipo, para bien y para mal...
Me alegro de que ya vuelvas a estar con él, contenta =)
Si, muy contenta, gracias :-)
Yo creo que la distribución de roles tradicional está en todas partes... quizá soy más sensible, pero yo sí la veo en las series de la TV, en los anuncios... en todas partes.
Y los niños son esponjas, lo captan todo... basta con que conozca algunas familias tradicionales, como puede ser la de mi madre, la de su abuela paterna, y algunas de sus amigos y... ¡zas!
Está claro que en mi casa no lo puede ver, porque sólo estoy yo :-) pero si le preguntas a cualquier mujer casada con hijos quién se encarga de llevar la casa... la respuesta será siempre que el peso lo lleva ella. Aunque su marido colabore, todavía es la mujer la que lleva la dirección doméstica, y eso el niño lo capta y lo asume.
Fíjate que cuando vivía con mis padres (hasta hace un año), a pesar de que mi madre siempre se mantenía al margen cuando yo llegaba a casa y no se entrometía para nada en mi relación con mi hijo, este lo que sí captaba era una "jerarquía" entre ella y yo. De manera que si mi madre me decía... "hay que hacer tal o cual cosa"... yo me ponía manos a la obra. En cambio, jamás me vió a mí decirle nada así a mi madre. Ello llevó a que, al final, mi hijo detectara quien mandaba en la casa, aunque no se dijera. Y llegó el día en que, cuando no le dí permiso para ver una película, me amenazó con "chivarse" a mi madre.
La frase de mi hijo "pues se lo digo a tu madre"... me hizo ver claramente que debía irme de allí si quería mantener una autoridad mínima con mi hijo... Y eso a pesar de que mi madre jamás se inmiscuyó en mis decisiones cotidianas con mi hijo.
Los niños registran todo, todo, todo... incluso matices que nosotros no apreciamos, porque son como una cinta magnetofónica en blanco, lo tienen todo por construir y montan el edificio con las piezas que van pillando de un lado y de otro.
Por eso creo que no se puede nunca dejar de hacer observaciones para corregir esas impresiones que se pueden estar llevando, a poco que las detectemos. Y por eso, cuando hace ese tipo de comentarios, intento que no pase ni un segundo para que él mismo se enfrente a lo que está diciendo.
Espero que de resultado y que poco a poco no exista ese background en cuanto a la distribucion de roles hombre-mujer, pero lamentablemente, aún existe.
Un abrazo, Ronan.
Perdona que me ría pero me ha hecho gracia eso de "pues se lo digo a tu madre".. jeje
Mi madre me recuerda de vez en cuando algunas de mis "famosas" conversaciones de cuando era pequeño y nos reímos bastante. Recuerdo una carta titulada "Carta al cielo" que escribí cuando murió mi pájaro, o pollito.
En fin, para eso están los padres, para corregir esas pequñas desviaciones en la ruta de los hijos aunque a veces, en según que cosas, se hace difícil porque como dices el mundo está lleno de estereotipos e ideas que se dan por sentado.
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