Ya he contado otras veces que en mi oficio se conoce a muchas personas, la mayoría de las cuales se encuentran en alguna situación conflictiva que puede llegar a ser extrema: discusiones familiares por una herencia, divorcios con infidelidades y engaño incluidos, ruina economica por culpa de los impagados, un vecino histérico que les hace la vida imposible... Mis clientes suelen ser personas normales (entendiendo la "normalidad" por una tendencia y no un valor absoluto) que, encontrandose en una situación que ha llegado a ser crítica, pueden tener reacciones imprevistas hasta para ellos mismos, que se sorprenden descubriéndose más conciliadores de lo que creían ser o, más peleones de lo que pensaban que eran.
Sin embargo, algunas veces llegan a mi despacho personas que son, en si mismas, extremas: no es que tengan un problema concreto que les acucie o les agobie, es que el problema es estructural en ellos porque no son personas "normales". Es lo que sucede con mi cliente suicida, que aún sigue entre nosotros y que me hizo una visita sorpresa el lunes por la mañana: no tiene dinero para llamarme, asi que el lunes, a primera hora, alli estaba esperándome cuando llegué a la oficina. Poco puedo hacer por él, excepto escucharle, invitarle a un café en la sala de juntas y prestarle algo de dinero para que pueda coger el metro y comer esa semana.
Anoche, contando anécdotas durante una cena, recordé un personaje que vino a verme hace como tres años. Conctactó conmigo por teléfono y concertó una cita en el despacho. Tenía prisa y decia que era un tema importante y muy confidencial, por lo que le aseguré que no debía recelar, ya que estoy sujeta a la obligación de secreto profesional. El dia de la cita trajo varias sentencias y resoluciones judiciales; me hizo entrega de una fotocopia. Le eché un vistazo y no conseguia entender muy bien lo que queria que hiciera porque aquello parecía ya una via muerta... no habia nada más que hacer, excepto un eventual y desesperado recurso de amparo que no tenia visos de prosperar y que, de hacerlo, no le iba a suponer gran diferencia.
No recuerdo bien sobre qué era el recurso y la consulta, pero aún me parece que lo tuviera enfrente. En la sala de juntas de la oficina anterior, una de cuyas paredes era una cristalera completa que daba vista sobre la sala de trabajo general. Yo sentada de frente al cristal, viendo a mis compañeros, y él de espaladas a ellos. Era un hombre de unos cincuenta años, vestía de forma sencilla y correcta (era verano, y llevaba unos pantalones sport de algodon y una camisa de manga corta limpia y planchada). Usaba una barba bien recortada y su pelo era pajizo, a tono con su piel clara.
Mi compañera estuvo en el comienzo de la reunión, pero tuvo que disculparse y ausentarse en cuanto él comenzó su exposición porque se vio incapaz de mantener la calma. Yo no tenia escapatoria, tenia que estar allí, escucharle y, visto lo que me estaba contando, conseguir que se fuera con el menor daño posible para él y para mi.
Su problema era que tenia la paranoia del control mental, que al parecer es muy habitual. Las personas que lo padecen están convencidas totalmente de que existe un grupo de poder oculto, que maneja el mundo en realidad, y cuyo objetivo es llegar al control de todas y cada una de las personas que lo habitamos, a través de mecanismos de control mental. Para ello, disponen de medios tecnológicos aparentemente inocentes, como son la televisión, la radio, los ordenadores... según esta visión del mundo, la televisión en realidad capta tu vida y la transmite a los controladores, y además, emite ondas no audibles que producen una especie de hipnosis que somete la voluntad del individuo. Y cuando una persona como él se percata de la realidad y se desprende de la television o evita otros medios de control, entonces le someten a un espionaje que implica a todos sus vecinos, que no son tales: todos sus vecinos son "agentes" de esta autoridad oculta, incluidos sus hijos pequeños, que son falsos... ¿por qué, si no, cada vez que entra y sale de su casa el niño del vecino está en el rellano "haciendo como que juega"?... En su pensamiento, la unica explicación posible es que ese niño está ahi siempre para registrar sus horas de entrada y salida y dar aviso a los tecnicos que puedan estar dentro de su casa colocando micrófonos y cámaras ocultas... Por supuesto, habia visitado a muchos abogados antes, pero todos ellos eran víctimas del control mental.
Mientras eso me contaba, detrás suya, a través del cristal mis compañeras observaban la escena. Estaban pendientes de mis gestos y de sus movimientos, porque sabiendo de qué me estaba hablando, llegaron a asustarse... además de no comprender cómo no me daba la risa. Ciertamente era una película de ficción, y parecia increible que alguien pudiera estar contando eso... pero lo ridiculo de la historia que me estaba contando se veía muy superado por lo triste que se me aparecia la vida de esta persona, que no se fia ni de su televisor...
Tuve que pensar muy rápido como deshacerme de él sin ofenderle o humillarle, asi que... entré en su juego. Cuando me llegó el turno de hablar, le miré fijamente y le dije... "mire, antes de que sigamos, tengo que confesarle algo... que yo sepa, yo no soy "uno de ellos", pero tal y como me esta contando la historia, ya no sé qué es verdad y qué es mentira; lo que si debo decirle es que mi padre es militar. Se lo digo, porque debes valorarlo y decidir después si quiere que yo me encargue de esto o no"... Se quedó blanco, y yo veia cómo su mente estaba intentando cuadrar datos para llegar a una conclusión. Me miró y me dijo que me honraba lo que acababa de contarle, y que era muy probable que, ese simple detalle, revelara que yo, en efecto "no era uno de ellos"... pensé que habia errado la estrategia de evasión, pero no. Con un poco de urgencia se levantó de la mesa, me pidió que conservara la documentación y la examinara, que tenia que pensar con tranquilidad qué decisión tomar, y que volvería en una semana. Y nunca más volvió.
Este cliente, además de este problema imaginario, tenia los problemas reales que todos tenemos: necesita comer, tener un techo, salud, una pareja que le de afecto... De ellos, tan solo se ocupaba de los más básicos, los indispensables para su supervivencia física, mientras que sus necesidades sociales, de afecto y de reconocimiento eran inexistentes por completo. Jamás podrá ser una persona feliz, porque está tan concentrado en ese problema irresoluble, que nunca atenderá a esas otras necesidades más complejas que todos tenemos, ya que las posterga al momento en el que consiga zafarse de la situación en la que se encuentra.
Todos tenemos problemas, todos tenemos nuestras rarezas... pero la mayoria podemos calificarnos como "cuerdos" porque nuestras coordenadas de la realidad son coincidentes con las de la mayoría. Es una ventaja importante, que casi nunca tenemos presente.
A seguir viviendo.
11 comentarios:
Hola Maribel, cómo estás? Últimamente entro mucho al blog y miro la columna de blogs favoritos a ver si alguien se anima a escribir más, pero tú y otros estáis desaparecidos... Espero que estés bien.
Yo cuando me he cruzado con el tipo de persona del que hablas en la entrada, me sentido mal, la verdad, porque me pasa igual que a ti, que empiezo a pensar en la vida tan triste que llevará esa persona, sin posibilidad de tener amigos, una pareja, una vida más llena... Cuando la gente se ríe porque lo encuentra ridículo, por un lado lo entiendo, pero por otro lado me deprime doblemente, porque resalta el aislamiento de esa persona, y egoístamente, porque también me hace sentirme a mí mismo un poco más solo y raro, por no compartir la reacción de la mayoría.
Desde luego las enfermedades mentales son algo terrible, tan cruel.
Un abrazo, Maribel, espero poder leerte otra vez pronto.
Hola Ronan. Sí, es cierto que ultimamente estoy poco activa en el blog... no obstante, me mantengo al día en el tuyo y en el de Israel, aunque también éste anda un poco escaso.
Acontecimientos familiares y personales me han tenido un poco atrapada... y este invierno, que se me está haciendo eterno.
Estoy deseando que se instale la primavera, que me encanta... de todas formas, creo que he terminado ya de darle la vuelta a mi vida y rematar algunos puntos que tenia sueltos... por el momento, claro. Así que espero volver a la carga de nuevo.
Muchas gracias por estar pendiente, gusta saber que hay personas atentas.
Un beso, Ronan.
PD: Tus dos ultimas entradas, por cierto, me tienen un poco confusa. Ando dándole vueltas a lo que cuentas en mi cabeza... Me recuerda a cosas que me han pasado a mi.
Qué raros podemos llegar a ser los seres humanos. Este caso que has expuesta está muy bien para concienciarme de que la vida me va bastante bien y que me quejo de niñerías.
Yo estoy un poco vaguete para escribir, pero sé que cuando me entre el "flus" luego no paro.
Saludos.
Hola Timorato...¡tanto tiempo!... Llega la primavera y renacemos.
Pues sí que está bien pensar en que hay personas que de verdad carecen de algo esencial para poder ser felices, como es algo tan obvio como moverse en los parámetros de la "normalidad". Pero sin necesidad de llegar a eso, muchas veces nos obcecamos tanto en resolver un problema, que postergamos nuestro bienestar.
Creo, por eso, que de vez en cuando hay que pararse y darse cuenta de que lo que tienes hoy puede hacerte feliz, aceptando tus circunstancias. No es fácil, pero la felicidad no llegará mañana por sorpresa, es una actitud ante la vida.
Asi que, si te estás obcecando en niñerías, continúa resolviéndolas pero no dejes que se te instale el pensamiento de... "cuando consiga resolver esto ¿seré feliz?".
Un beso, Timorato.
PD.: Todo eso lo digo como reflexion en voz alta que yo me hago a mi misma, porque es lo que intento hacer. No significa que lo consiga, pero estoy en ello... Me paro y pienso: mi vida es muy satisfactoria, en realidad... ¡voy a disfrutarla!
Impresionante entrada!
Se me han puesto los pelos de punta porque al leerla me ha recordado un relato de Stephen King llamado "la balada del proyectil flexible" o algo así, un relató que me dejo alucinado.
No lo recuerdo del todo pero el protagonista era un director de una revista que recibe un relato muy bueno. Cuando contacta con el escritor se da cuenta de que es... pues como el tipo que has descrito en tu entrada, igual que él aunque con unos añadidos escalofriantes.
Lo más terrible del relato es que el propio director se ve imbuido por las paranoias de este otro y pierde definitivamente el rumbo.
En el relato hay una escena en la que el escritor dice todas esas cosas que has escrito, lo del televisor, los vecinos espías, ect.
Se le ponen a uno los pelos de punta porque puede que este hombre fuera inofensivo pero qué ocurre cuando nos encontramos ante alguien potencialmente peligroso?
Pues pasan las cosas que pasan y que tanto nos sorprenden en las noticias.
PD. Has dicho; pero no dejes que se te instale el pensamiento de... "cuando consiga resolver esto ¿seré feliz?".
A veces creo que yo lo tengo instalado de por vida, simpre pensando, pensando demasiado en que si atrapo esa sombra que tengo delante seré feliz y así te pasas la vida persiguiendo sombras, ¿no?
Isra, buscaré ese relato, me ha picado la curiosidad. Parece ser que es una paranoia típica, y si que da miedo, si.
En cuanto a lo otro, creo que se merece más de una entrada específica, que voy a empezar a rumiar... perseguir sombras... todos las tenemos, a veces son reales y a veces no, pero casi siempre el miedo a vivir nos hace agrandarlas.
Un beso
1) Pienso que de lo que le pudiera haber contado este señor, víctima de MC, está posiblemente tergiversado por esta abogada, de forma que parezca realmente incongruente y claros síntomas de una enfermedad mental. Además, es muy difícil que pueda dar una versión congruente de lo que este señor le expuso, si la abogada afirma que desde el principio solo estaba pensado en como quitarselo de encima de la mejor forma posible. Esto implica que esta mujer, no solo no le estaba prestando la debida atención, sino que además su cerebro estaba muy ocupado en otras cosas.
2) Afirma de esta víctima de MC, cosas sobre su vida privada con detalles. Esto si que me parece extraño. Especialmente si solo estaba pensando en como quitarselo de encima. Por otra parte, si ella afirma que debe de guardar el secreto profesional, no acabo de ver muy correcto que se dedique a publicar en su blog, casos con sus clientes, aún cuando no diga sus nombres y apellidos. Entre otras cosas, porque según afirma, compañeras suyas lo vieron hablar con ella, observando la conversación: "Mientras eso me contaba, detrás suya, a través del cristal mis compañeras observaban la escena. Estaban pendientes de mis gestos y de sus movimientos, porque sabiendo de qué me estaba hablando, llegaron a asustarse... además de no comprender cómo no me daba la risa." , y al publicar esto en su blog, el contenido de la conversación (o la versión que a ella le ha venido en gana de dar sobre esta) está haciendo público el tema de su cliente.
Me temo, Alfred, que no tienes claro lo que es el secreto profesional. Te aseguro que el motivo de su consulta no era esa paranoia, y que sobre el asunto jurídico que me vino a consultar no he dado ninguna información. Por otra parte, no doy dato alguno sobre su vida personal.
Y, desde luego, si piensas que yo me reía de él, es que no has entendido nada.
Por supuesto que tenia que terminar con esa relación profesional cuanto antes, porque el tema que me venia a consultar no tenia solución. Y tenia que hacerlo de manera que no se sintiera ofendido porque no soy quien para hacerlo.
La enfermedad mental no me provoca, en absoluto risa, lo que me da es miedo. Y no miedo de las personas que la padecen, sino miedo de padecerla yo, porque creo que debe ser un gran sufrimiento, que aisla a las personas y les impide aspirar a una vida un tanto feliz.
Te agradezco que te hayas leido el post, y que pongas tu opinión en él, que es muy de valorar. Asi como que me hayas citado en vuestro foro.
No es mi intención ofender ni reirme de nadie, en absoluto. Por ello, si consideras que el post tiene un contenido ofensivo, y me lo explicas y yo soy capaz de entenderlo, te aseguro que lo retiraré sin ningún problema.
Un saludo
Perdon, que el comentario no es de Alfred, sino de Ramon Martínez. La respuesta va, en cualquier caso, para quien ha puesto ese comentario, desde Fedame.
No se trata de nada mas que de exponer que las personas somos muy variadas, y que problemas tenemos de muchas clases, incluido este.
Reiterio que si es ofensivo, y yo entiendo por qué, lo retiraré.
Un saludo a todos los miembros de Fedame que lleguen a este blog a traves de la cita, y mis respetos a todos.
Un blog, de una víctima española que puede ayudar a comprender, el desprecio a la verdad por parte de quien considera más fácil ver enfermedades mentales donde no las hay:
http://crimenesopus.blogspot.com
En este blog, no hay tergiversaciones por parte de quien no nos toma en serio. Es un alivio ver que no en todos los lugares nos difaman como enfermos.
Bueno, ya eché un ojo a ese blog, de un miembro de Fedame. Es interesante leerlo, y lo haré más detenidamente.
Por supuesto que desconozco si existe o no el control mental. Solo sé que está descrito como paranoia, y puede que lo sea o no. No soy psiquiatra ni paciente, por el momento. En cualquier caso, no estoy de acuerdo con eso de que considerar a alguien enfermo sea difamarle. Solo pienso que existen personas distintas, y realidades diversas ¿cuál es la más cierta? Nadie lo sabe, solo sabemos cuál es la mayoritaria.
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