lunes, 12 de mayo de 2008

Doña Pasión

Doña Pasión... sí. La llamaré Doña Pasión, está decidido. Durante toda la semana vengo pensando en personas que me hayan calado en algún sentido para hablar de ellas en este blog y dejar mi memoria sobre ellas en este soporte virtual. Son muchas personas, la verdad... Mi historia está llena de individualidades ejemplares por algún motivo, y tengo múltiples registros porque, no en vano, mi religión es esa: creo en las personas y por eso, me fijo muy bien en aquellas que conozco y que tienen algo especial.
Hoy quiero dejar constancia de una amiga y compañera a la que le gusta firmar como K., pero a la que llamaré doña Pasión, porque todo lo hace así, con pasión. Y le da lo mismo ocho que ochenta, y lo que digan los demás, y si está bien o mal a los ojos del mundo: ella lo vive todo con el alma y el corazón.
Y no es mal sistema, porque esa forma de actuar no significa que frivolice y vaya sólo a lo que a ella le place; mucho se yerra sobre esta cuestión, ya que una persona que se precie, y sobre todo, una mujer que así se llame a sí misma, tiene su pasión ocupada en primer lugar por sus responsabilidades ¿por qué? Porque una mujer cabal tiene solo las responsabilidades que quiere tener, y por tanto, las atiende con toda su alma. Porque son obligaciones voluntarias y deseadas.
En este caso, esta doña Pasión tiene dos compromisos diminutos, niña y niño, que le han hecho vivir sus obligaciones para con ellos con una entrega admirable, manteniéndose además, pendiente de las necesidades del autor de sus miniaturas, y de las de su tribu de familiares y amigos, entre los que me incluyo. Y nunca, nunca, nunca se ha quejado de atender a sus obligaciones. Y por mucho que le hayan generado situaciones incómodas, trabajosas o cansadas, siempre la he visto asumir sus deberes con fuerza, con alegría, con pasión... siempre con pasión.
Y si ha tenido que salir corriendo, sin resuello, todos los dias del trabajo para recoger a su niño y a su niña, volando literalmente, lo ha hecho como lo hacemos todas... pero con una sonrisa... con un "es que mi niño me está esperando, está esperando a su mami..."
De esta persona he aprendido a que las obligaciones hay que cumplirlas con el mismo apasionamiento con el que se adquieren los compromisos de los que derivan, porque están hechas de la misma materia. Gracias amiga.

3 comentarios:

Nosotras mismas dijo...

Hola,

Atrévete a formar parte de la historia.

Besos

israel dijo...

Pues me alegro de que tengas una amiga así, en cierto sentido me recuerda a mi madre, todo lo hace con una sonrisa aunque sea algo que no quiere hacer y ha sido un ejemplo a seguir, no se queja de nada, salvo de sus malditas migrañas claro, y la verdad es que me parece una mujer excepcional, igual que mi abuela, es su viva imagen.

Un saludo.

Maribel dijo...

Hola. Siento la tardanza en responder, estaba de vacaciones. Visitaré el blog, Nosotras Mismas, me gusta lo de "formar parte de la historia".

Israel, yo creo que de las personas a las que se admira hay que "copiarse"... y casi todas las personas tienen algo "copiable"... Tienes suerte de tener cerca a una persona con esa virtud, yo también me alegro por tí. Un saludo.