Pues ya llegó mi terremoto personal... Está más alto y un poquito más gordito (es muy delgado), y, sobre todo, muy moreno. Se lo ha pasado en grande con su padre y su familia, y viene un poquillo asilvestrado, ya que el padre le consiente algunas cosas de más. Sobre todo se le nota en que vuelve más desafiante, así que ahora me toca reconducirlo de nuevo... pero es lo de todos los veranos, así que ya estoy acostumbrándome.
La casa parece que le ha gustado, me ha preguntado varias veces que cuándo nos iremos allí a vivir, así que ya estoy tranquila. Hasta que no lo ví dentro de la casa nueva no sabía cuál iba a ser su reacción, y aún así, no quiero tirar las campanas al vuelo hasta que no durmamos allí algunas noches, porque estoy segura de que va a echar de menos a sus abuelos.
Si todo va bien, creo que este fin de semana la podré tener terminada y lista para irnos, aunque nos queden algunas cosillas por llevar.
... Todo marcha por sus pasos, adelante, adelante.
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2 comentarios:
Me alegro montón de que a tu "terremoto" le haya gustado a casa, seguro que le hace ilusión tener cuarto nuevo =). Me ha hecho gracia eso de que ha vuelto "asilvestrado". Supongo que estando con los abuelos y con el padre, es lo más típico que lo malcríen un poco, aunque claro, eso siginifica que al otro, en este caso a ti, le toca ser el que eduque al niño de forma más rsponsable... Ya te ha hablado de su novia? =)
¡Siiii!... Dice que su novia "se llama Amanda y no tiene piojos"... jajaja
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